La construcción de la verdad en medicina ante el desafío de la era digital

 En la actualidad, una de las principales falencias en la percepción de la realidad, y por tanto en su construcción, radica en la incapacidad de los datos puntuales para generar una narración coherente y creíble. Este fenómeno es particularmente evidente en el ámbito de la salud, donde la difusión masiva de información, especialmente a través de las redes sociales e Internet, ha provocado que muchos pacientes, sin autocrítica ni base académica, contradigan el sentido común de la medicina con ideas especulativas y teorías conspirativas. Estos individuos suelen formar un "collage conceptual", organizando retazos de información que, lejos de educar, están diseñados para entretener o vender.

Este "collage conceptual" pone de manifiesto un reto doble. Por un lado, subraya la crisis que atraviesa la medicina moderna, donde muchas veces el trato se percibe como frío y deshumanizado, alejando al paciente de una comprensión profunda de su propia salud. Por otro lado, expone la urgencia de restablecer una narrativa médica clara y accesible, en la que los procesos y diagnósticos puedan ser explicados de manera que el paciente los asimile como verdad, en lugar de quedar atrapado en la confusión de la información superficial y distorsionada que encuentra en Internet.

En este contexto, es fundamental que los profesionales de la salud no solo aborden los aspectos técnicos de la medicina, sino que también reconozcan la importancia de los matices lingüísticos en la comunicación con los pacientes. Las palabras elegidas, la forma en que se presentan los diagnósticos y las explicaciones sobre el tratamiento, deben estar pensadas para educar y guiar, ofreciendo claridad en lugar de confusión.

La medicina se enfrenta a la tarea de educar a las personas sobre cómo, aunque el conocimiento científico no constituye una verdad absoluta, se basa en hechos verificables que han demostrado su eficacia en la resolución de problemas de salud. A diferencia de las ilusiones creadas por la virtualidad, la medicina ofrece un enfoque práctico, contrastado y dinámico, que evoluciona con base en la evidencia.

La clave para mejorar la percepción de la realidad médica en la era digital es un enfoque más humano y pedagógico. Los profesionales de la salud deben ser conscientes de la necesidad de crear un relato accesible para sus pacientes, donde el conocimiento médico se presente como una verdad útil y comprensible, frente a la desinformación y la especulación. Solo así podremos enfrentar la creciente desconfianza hacia la medicina y el creciente "collage conceptual" que compite con la realidad científica.

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