Poética cognitiva (la trascendencia de lo simple, lo simple de lo complejo)
Este escrito corresponde a una mezcla de filosofía y poesía, los conceptos filosóficos dialogan con el corazón para pulirse de la racionalidad ciega y contradictoria, a su vez el corazón se pule de un sentimiento ingenuo que lo hace caer en más peligros de los necesarios. La integración de estas dos posturas viene enlazada a la complejidad, en donde la aprehensión de la realidad permite responder con una cognición más emocional, más humana, más coherente y más trascendente. Es una variante más hacia lo emocional de la teoría de Edgar Morin.
Las simples cosas
cosas simples
son como tesoros opacos
en el trasegar de cada día,
más no son tan simples
como parecen,
las emociones parecen
alambres en el interior,
algo que limita las opciones
para crecer y sobresalir,
pero ¿por qué parecen
contrarias a la realidad?
¿si es la realidad social
quien esclaviza la voluntad
oprimiendo las sensaciones?
¿no depende de la armonía
la salud ?
No es que el descanso sea bueno
y el trabajo sea malo,
esa dicotomía
hace personas perezosas
que se sienten en lo correcto,
hace personas trabajadoras
que no son reconocidas
en su ardua labor,
tampoco es coherente decir
que el trabajo sea bueno
y el descanso sea malo,
esa confusión
hace personas sobrecargadas,
anonadadas en un mundo
que no les deja agachar
la cabeza, ni siquiera para un suspiro,
a su vez el merecido descanso,
es un lugar no seguro
económicamente,
efímero y paulatino
como los ahorros
que se permiten
gastar en los viajes,
por lo tanto, estos postulados
son poco reales,
en la medida que
se identifican con extremos,
tanto trabajo como descanso
son momentos necesarios,
no aislados, no separados,
no contradictorios,
y de raíces
semánticas diferentes,
no son agua y aceite,
son esencias que se
mezclan y
perfuman las vertientes
cotidianas, son salud,
por eso, no se sufre todo el año
para descansar dos semanas,
la salud entiende más de vivir
en un equilibrio diario y cotidiano
entre intelecto y corazón,
dificultad y serenidad,
responsabilidad y pasión,
ninguno de los términos
es opuesto a otro,
ni siquiera contradictorios,
son dos momentos de una misma
naturaleza humana,
comparten el mismo sujeto,
son ordenados y coherentes,
son sentidos positivos
en su uso articulado,
dejemos a un lado
las contradicciones ciegas,
las emociones tercas,
y el mundo no será
un lugar oscuro
y con peligros al acecho,
de nosotros depende la forma
de movernos en el mundo,
por eso dejemos primero
que el mundo se mueva
dentro de nosotros.
.
Comentarios
Publicar un comentario