La respuesta cismogénetica

Cuando las personas son víctimas de hechos violentos, existe algo que Gregory Bateson denominó "la respuesta cismogénetica", que explica porque un "cisma" definido como un evento que altera el equilibrio de un organismo, tras una adaptación biológica tiende a repetir los hechos que produjeron el cisma. "La violencia trae violencia".

Lo que no podemos modificar al responder de forma corporal con nuestros recursos actuales, induce cambios en la estructura, la epigenética y en los genes transmitidos a una próxima generación, dicha necesidad de adaptación se reproduce en la transmisión de aprendizajes de padres a hijos.

Como el concepto de dignidad se  deja a un lado por la supervivencia, se corre el riesgo de una vuelta a instintos asesinos y deshumanizados, ya que es el instinto que se ha usado para hacer frente a la escasez, obliga a sobrevivir sin importar las atrocidades que se tengan que cometer, como los cocodrilos.

Las victimas de violencia buscan de forma instintiva la respuesta y adaptación biológica para responder de la misma manera, culturalmente se le conoce como "venganza".

Lastimosamente si no cortamos con esta realidad transgeneracional, seguirán inscribiéndose en el ADN de las personas y por tanto en su expresión cultural, esas formas de pensamiento que perpetúan la violencia y su justificación como algo de supuesto "sentido común".

Bajo está teoría que me parece muy adecuada para explicar el fenómeno de la violencia, existe la posibilidad de volver a traer el concepto de dignidad con nuevos matices, ya que si bien no está en un órgano o una función que podamos nombrar como parte de la anatomía o fisiología, quizás si como una respuesta conceptual que genera cambios adaptativos que pueden llegar a ser biológicos, es decir, una palabra que genera una influencia lo suficientemente sostenida para cambiar una conducta que a su vez conduce a cambios epigenéticos y conlleva la expresión selectiva de ciertos genes. De está manera una condición semántica (conceptual) es capaz de modificar la conciencia, lo que permite establecer una cognición diferente de respuesta a los patrones cotidianos repletos de estímulos sensoriales que incitan al instinto de supervivencia o a la venganza.

Si la dignidad se conserva aun por encima del riesgo de morir, la adaptación va ser diferente, ya que parte de ser capaz de ver en el otro aunque sea diferente, el derecho a vivir, el derecho a la paz y la salud en su vida. ¿Qué genes queremos que se expresen? ¿los de la guerra o los de la paz? ¿los de la aniquilación o los de la fraternidad? ¿los del encuentro o los de la oposición?

Si recordamos en la historia evangélica, el cisma fue la muerte del mesías enviado por Dios, en una cruz por una sentencia romana solicitada por la autoridad religiosa del momento.

A diferencia de los caudillos actuales que son vengados con armas, en está historia el hombre amado y rechazado por su pueblo sentenció lo que transmitiría este hecho al futuro, "el amor, la misericordia de Dios y el perdón", si asumimos la teoría de Bateson, ese acto creo una respuesta cismogenética en los seres humanos que los adaptó a una cultura diferente, en donde la muerte en lugar de incitar un deseo inmediato de venganza suscitó una realidad cognitiva que más allá de mirar lo atroces que sean los actos, se preocupa también por controlar dentro de sí la respuesta instintiva a estos, mostrando un fondo que trasciende lo que era común, dejando claro que el instinto asesino no sirve, se reproduce y solo engendra más muerte, además existe algo que lo trasciende, evoluciona y sublima en su forma conceptual, se inscribe en el comportamiento humano con una pasión inusitada, un habitante profundo en su naturaleza; se llama dignidad.

Por eso la dignidad es clave llevarla al corazón, el derecho a vivir es dado por igual a todos los seres vivos, por una razón que desconocemos pero que debemos respetar y que quizás algunos si saben. De esta manera se concibe conceptualmente que una vida en busca de paz adapta sus recursos genéticos, su biología, sus pensamientos y comportamientos para la paz. En términos teológicos es seguir los mandamientos, "no matarás, no robarás, amar el prójimo como así mismo, amar a Dios sobre todas las cosas" Es una manera de encarnar la frase, amo la dignidad más que la vida misma, amo más el cuerpo que los vestidos.

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